Yo, yo misma
Si en algo soy experta es en discutir conmigo misma. Aún después de tanto tiempo no tengo muy claro porque sigo haciéndolo. No es que sea malo, pero a veces no me lleva a nada bueno, no es que aprender a conocerse uno mismo pueda ser malo, pero hay cosas que serÃa mejor no reconocer, porque a veces las perspectivas cambian, al igual que los puntos de vista.
Cuando te discutes contigo mismo es diferente a discutir con alguien, conoces exactamente cada situación difÃcil, incomoda y vergonzosa que te haya ocurrido. Y eso da pie a que te puedas echar en cara miles de cosas. Una parte de ti se vuelve totalmente histórica, si, si, histórica no histérica, aunque a veces se complementan. Porque tu yo interno sabe exactamente cómo y cuándo pasó todo. Nuestro peor enemigo somos nosotros mismos, el mayor daño siempre nos lo haremos nosotros y aunque es difÃcil hay que aprender a no hacerlo, no debemos ser nuestro infierno ni purgatorio personal.
Por mucho que queramos nadie nos conoce mejor que nosotros mismos, asà que lo mejor es seguir peleando con uno mismo para asà conocernos aún mejor.
Un amor no correspondido
Tú ausencia me causa vacios que me provocan nostalgia.
No deberÃa ser asÃ, sé que no está bien, y tarde o temprano, espero que más temprano que tarde, pueda quitarme de encima estos sentimientos que no me llevan a ninguna parte.
Intento ser optimista, centrar mi mente en otras cosas, pero no es fácil.
Si me preguntas como ha pasado, obtendrás un silencio. No porque no quiera contestar, sino porque ni yo misma lo sé. ¿En qué momento me perdÃ? Un suspiro es lo que viene a mis labios cuando lo pienso demasiado. Ya que no es la primera vez. Pero espero que si sea la última, porque te quiero como se quieren las cosas que no se deben querer. Porque nada me hace más feliz, y nada me hace más triste que tú. Pero fingir que no te amo es lo más difÃcil que he hecho.
Conclusión: Soy experta en enamorarme de la persona equivocada.
